martes, 14 de julio de 2015

¿PORQUE LOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE LA E.S.O LLEGAN A ESTAR DESMOTIVADOS EN SUS ESTUDIOS?

Esta es una de las preguntas que se hacen muchos padres y madres que tienen escolarizados a sus hijos/as en la enseñanza secundaria obligatoria, siendo sus hijos/as, más o menos inteligentes académicamente hablando. Esto genera mucha ansiedad en los padres y madres de estos alumnos/as, ya que no saben cómo afrontar esta situación de desajuste personal, hormonal  de la edad en la que estamos  (pre-adolescencia) y de desajuste pedagógico-social entre cómo se estudia en la actualidad y cómo se deberían aprender las cosas hoy en día. Nada en esta sociedad en la que vivimos está al margen de las cosas. Todo lo que pasa en nuestro entorno influye en otros contextos y cada vez hay mayor interrelación entre lo que ocurre a nuestro alrededor y nuestro entorno más cercano. Esta es una de las ideas que quiero plasmar. Nuestros alumnos/as de la ESO están influenciados entre ellos mismos por modas, tecnologías, actividades, estilos etc etc… Esta variable es muy importante a la hora de valorar un decaimiento o desmotivación en los estudios de un alumno/a. No hay nadie que viva al margen de lo que pasa en su entorno y no le influya. Nuestros alumnos/as tienen que estudiar, pero la clave está en la discordancia existente en cómo queremos que estudien ( en algunos centros escolares, por suerte ya no en todos) y cómo quieren estudiar ellos, sentimiento ajustado a la realidad actual en la que vivimos, con cambios constantes, tecnología, trabajo en equipo múltiple, creación de proyectos… Estudiar bajo la antigua pedagogía académica hace daño a los alumnos/as, les desmotiva y crea rechazo al estudio. En este momento es cuando nos preguntamos si es el alumno/a el desmotivado o es el sistema quien le desmotiva. Está claro que valores como el esfuerzo personal y la actitud personal son claves para entender este proceso pero actualmente el sistema solo entiende el esfuerzo a la antigua usanza (la del palo y la zanahoria).  Nuestros alumnos tienen un fuerte potencial para adquirir y explotar nuevos conocimientos, pero  como queremos medirlos, evaluarlos y que trabajen de la misma forma que hace 100 años. Esto no concuerda. Esto es anti natural. Es más, solo algunos profesores/ras se han dado cuenta de esto y quieren cambiar sus formas y estilos de hacer clase y sólo algunos centros escolares, están trabajando en una  innovación pedagógica actual a los tiempos en los que estamos.

Después de esta variable tenemos el campo de las relaciones interpersonales y personales. Aquí juega un papel importante las competencias de cada uno de los alumnos/as a la hora de enfrentarse a situaciones entre él o ella y los demás. Dada la edad en la que estamos (12-16) la influencia positiva y negativa de sus iguales, de los profesores/as y del contexto familiar, es el siguiente factor para entender que es lo que ocurre. Estas competencias no se adquieren de una forma global, es lo que llamamos proceso de madurez de la persona. Pero ya sabemos que esto es diferente en función de las circunstancias en las que estamos. Entender y comprender esta situación, hará que no nos enfoquemos exclusivamente en el alumno/a, en sus propias debilidades que seguramente tendrán unas consecuencias negativas en su autoestima. Tenemos que demostrarle que le entendemos y que vamos a estar ahí para ayudarle y superar cualquier reto que tengamos presente.


Por lo tanto, antes de preguntarnos qué le pasa a mi hijo/a o al alumno/as, reflexionemos un poco sobre su entorno y las relaciones personales y no busquemos nuestro foco en el alumno/a exclusivamente.