sábado, 23 de noviembre de 2013

CUANDO UNA PAREJA CON HIJOS, SE SEPARA

Todos conocemos a algunos de nuestros amigos o familiares que después de un tiempo viviendo juntos y con hijos, han decidido separarse por causas de cualquier tipo. En este momento comienza un camino que debe realizarse con la máxima responsabilidad, ya que hay que contar también con unos niños de unas determinadas edades, que tarde o temprano y en función de cómo actuemos, dicha situación les repercutirá desde el punto de vista emocional, social y psicológico, en mayor o menor medida.
Cómo afrontar los cambios en la familia? Cómo actuar con mis hijos? Qué le debo decir y cuando es el mejor momento? Son muchas preguntas, las que nos tenemos que hacer. La nueva situación familiar hace que tengamos que estar preparados para múltiples cambios que se van a dar. Aquí es donde muchas parejas no saben o no quieren saber....qué camino tomar, qué tipo de ayuda solicitar o qué deben hacer. Un consejo que no gustará a muchos: NO dejarse llevar SOLO, por los consejos del abogado o legislador. Buscar un profesional de la PSICOLOGÍA familiar que os apoye en el proceso. 

Lo primero y más importante, es comunicar a nuestros hijos y en función de su edad evolutiva, los cambios sociales que se van a dar. Pero decimos LA VERDAD, nada de mentir a nuestros hijos. Evidentemente, se lo comunicamos cuando tenemos claro que no hay alternativa posible a seguir viviendo juntos. No sería justo decir algo, que luego no se cumpla y generar estados de ansiedad e inestabilidad emocional con situaciones de...."ahora me separo, ahora no me separo". La decisión es tan importante que está en juego la estabilidad emocional de nuestros hijos.

El segundo paso,  es dejar claro todo lo referente a la situación económica y social de la familia. Es decir, si la custodia va a ser compartida o no, donde van a vivir los niños, que cantidad al mes debo pasar a mi cónyuge si no hay custodia compartida, cómo se establecen las vacaciones de los niños, cómo afrontamos las situaciones futuras de reuniones de colegios, de visitas de médicos, de clases extra-escolares etc etc.

Evidentemente todo esto, no se realiza de un día para otro. Pero en esta situación preliminar a la separación, siempre hay un punto de inflexión que tendrá, unos efectos positivos o negativos a corto y largo plazo en mis hijos. 

El tercer paso y MÁS IMPORTANTE, es el nivel de comunicación establecido entre los padres después de la separación. Los niños se van a dar cuenta de vuestra comunicación verbal y no verbal. Los niños deben tener claro que NO se ha roto la comunicación y que se mantiene entre ellos. Deben saber que en todo lo referido a ellos, sus padres hablan, se comunican, comparten lo que sucede y se apoyan, con el fin de que su hijo perciba y sienta, que sus padres siguen al frente de él o ella en todo momento e incluso. por encima de la nueva situación social. Aquí es donde se demuestra el grado de madurez de los padres. Dejar a un lado la separación, para hacer frente a la educación de nuestros hijos, ya que ellos no tienen la culpa de que os hayáis separado pero si quieren tener claro y sentirlo que sus padres siguen con ellos en sus vidas. Las consecuencias de no hacer esto son muy graves al largo plazo. Desde alteraciones emocionales y psicológicas  hasta trastornos de conducta, sueño y alimentación e incluso fracaso escolar y social. 

La conclusión final es que no es tan importante la separación en sí, como la falta de comunicación o acuerdos que conlleva la separación. Que una pareja se separe es común hoy en día, que una pareja NO sea responsable con sus hijos después de la separación, NO debería ser común. 

viernes, 15 de noviembre de 2013

PADRES, ADOLESCENTES Y REDES SOCIALES

Nos enfrentamos a unos de los momentos más interesantes de la humanidad desde el punto de vista de la comunicación. Podemos comunicarnos a tal velocidad, que lo que antes tardaba una década en llegar a cualquier punto, hoy son escasos segundos en recibir la información. Y esta situación  está cambiado los estilos culturales de medio mundo y sobre todo, el modo de relacionarnos. Que adolescente no tiene un móvil capaz de comunicarse y conocer al instante cualquier tema, foco o noticia de su contexto más cercano o del mundo en el que vive. Y esto evidentemente tienen sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas o por lo menos que deberían ser trabajadas por los padres, desde el principio de la infancia hasta llegar a la adolescencia.  Que fácil es utilizar la cámara de un móvil, grabar o fotografiar algo y enviarlo a la red para que otros puedan ver donde estas, que ves o con quien estas.  A muchas personas, entre ellas los adolescentes, les gusta compartir una experiencia con sus amigos. 


Una foto de un viaje, una canción, un vídeo tiene tanta fuerza emocional que nos apetece que otros puedan sentir lo mismo que lo que estamos sintiendo nosotros. En principio todo parece bueno. Compartir experiencias positivas con los  nuestros nos hacer sentirnos mejor, eleva nuestra autoestima y nos da fuerza a la hora de relacionarnos con los demás. Por lo tanto, por medio de la tecnología y a través de las redes sociales, muchas personas se sienten felices de poder experimentar y compartir emociones tecnológicas o en modo " matrix" .  

Pero ¿ qué ocurre cuando no hacemos un buen uso de la tecnología y de las experiencias vividas? ¿ qué tipo de formación o educación debemos dar a nuestros hijos para que hagan un buen uso de la información y de las redes sociales? ¿ qué papel tienen los centros educativos ?  Son preguntas que nos debemos ir haciendo desde que nuestros hijos empiezan a tener conciencia de los modos de comunicarnos con los demás. 

A nadie le sorprende ver a un niño de dos años jugando con el móvil o ipap de su padre o madre y menos nos sorprende, ver a un niño entre siete y nueve años "wassapeando" con sus amigos a través del móvil de la mamá o de su papa.  Desde muy pequeños están aprendiendo formas nuevas de relacionarse o de comunicarse con otros. El problema empieza cuando la situación empieza a normalizarse y nuestros hijos nos cogen el móvil o tablet , navegan por la red sin control, juegan con los juegos que ellos mismos se bajan o se comunican con sus amigos. Todo parece bien, bonito y hasta divertido. Muchos incluso se enorgullecen de ver como sus hijos desde muy pequeños utilizan el móvil o el ipap. No tenemos que olvidar que los niños empiezan  sus aprendizajes imitando a los adultos y en muy poco tiempo, nos superan. 

Es  la generación que aprende por sí misma, que no necesita que nadie le explique nada para poder llegar a conseguir sus objetivos tecnológicos.  La importancia de un control y de unas normas que supervisen el buen uso de la tecnología es la clave para que no tengamos situaciones que luego nos podamos arrepentir. Un niño que entra en una web no autorizada, una foto que se envía sin control de adonde va dirigida, un vídeo con un destino equivocado. Las leyes y la protección de datos cada día toma más importancia. Grabar un vídeo y divulgarlos sin más, sin una autorización de las personas involucradas, puede llegar a ser un delito contra los derechos de la persona y la intimidad. Y cuando nos vemos en esta situación, es cuando recurrimos al castigo, a las broncas o a quitarles todo. 

Los padres  y madres de niños pequeños, tienen que hacer una labor educativa constante, sobre cómo utilizar la tecnología y las redes sociales. Cada vez más, los niños tienen los dispositivos móviles a corta edad y esto les facilita un sin fin de posibilidades, pero a la vez sin control por parte de los padres, les puede hacer incurrir en delitos tipificados en el código penal.  Educar en un buen uso de la tecnología móvil, de las redes sociales y los sistemas de comunicación actuales, es una obligación de todo padre/madre que quiera ser responsable en la educación de su hijo. Lo contrario sería una grave irresponsabilidad.  Además de los padres, los centros educativos se enfrentan a una cruzada de móviles en las aulas. Alumnos que interrumpen al profesor, alumnos que prestan más atención al mensaje que les tiene que llegar que lo que esta explicando el profesor y sobre todo, el bajó nivel de relaciones humanas que se establecen. Debemos reconsiderar cuando un niño tiene que utilizar un dispositivo móvil sin supervisión alguna, tenemos que poner  control al uso de las redes sociales por parte de nuestros hijos ya adolescentes, debemos de cuantificar las horas que pasan ante el móvil aislados de la familia e incluso de sus amigos más cercanos y debemos educar la importancia de hacer un buen uso de lo que compartimos en la red. Nos enfrentamos y el tiempo lo dirá, ante un cambio cultural de gran importancia producido con la llegada de las las redes sociales. O estamos atentos a todo lo que esto implica o pondremos en situaciones de peligro a nuestros hijos. 

Dedica tiempo a supervisar, a comunicarte verbalmente cualquier cosa que os vincule, genera confianza para que te comunique lo que siente y crea un clima de seguridad tecnología en tu casa. 



miércoles, 13 de noviembre de 2013

LAS CONSECUENCIAS DE NO SABER EDUCAR

Hoy en día es imprescindible saber educar bien a nuestros hijos y cuando decimos EDUCAR, conlleva una serie de responsabilidades que como padres que debemos tener en cuenta. Las consecuencias de NO EDUCAR, son siempre muy problemáticas para la familia. La educación empieza desde el minuto cero, desde que nuestro hijo nace. Lo educamos para que duerma ajustándose a unos horarios, para que sepa alimentarse adecuadamente, para relacionarse con sus iguales, para que estudie y mil cosas mas. Pero todo esto requiere de unas competencias, unos conocimientos y unas habilidades que debemos tener y ponerlas en practica, desde el momento que somos padres. 

Las estrategias educativas,  nos ayudan a no caer en errores que tengan consecuencias negativas a largo plazo, concretamente en la adolescencia. Voy a indicarte unas breves indicaciones que debemos establecer para poder iniciar con seguridad el camino de la educación:
  1. Hay que establecer desde muy pequeños una serie de NORMAS, para que poco a poco se vayan convirtiendo en HÁBITOS. Es el camino hacia la independencia y la autonomía personal. 
  2. Los principales hábitos que debemos controlar desde muy pequeños son: el sueño, la alimentación, la higiene y el juego. A medida que vayan haciéndose mayores, cambiaremos estos hábitos por los correspondientes a su edad evolutiva.
  3. Debemos ser coherentes con lo que hemos establecido durante los 365 días del año. Los hábitos no se cambian nunca en función de si estoy cansado o no. Nuestra veracidad depende de nuestros actos. 
  4. La comunicación con nuestros hijos será un indicador de mi relación con él. En la medida que YO padre/madre hable MAS que mi hijo, no será un buen indicador. Mi esfuerzo va a estar en potenciar la capacidad de esfuerzo de mi hijo en comunicarse conmigo.
  5. Un ambiente estructurado y con normas, da mayor estabilidad a un niño que un contexto donde no queden bien definidos los limites de cada conducta, hábito o norma.  
  6. Los niños imitan a los adultos constantemente. Si quiero instaurar un ambiente de trabajo y estudio en casa, mi hijo no puede verme pasivo o viendo la TV todo el día. No seré un buen modelo para él. La pasividad se contagia a una gran velocidad. 
  7. Los padres NO deben discutir o enjuiciarse delante de sus hijos. El dialogo es el vehículo para llegar a buen puerto. 
  8. No hay que darle a los niños todo lo que pidan o quieran constantemente. La frustración es una prueba su  autocontrol y camino hacia la madurez.
  9. Enséñele desde muy pequeño a mantener un orden en sus cosas, juegos o material escolar. El desorden se percibe como una falta de control  en cualquier situación.
  10. No grite a sus hijos para que realicen lo que usted quiera. Enséñeles que deben responder a su llamada.
  11. El castigo sirve de poco si no hay detrás una acción de mejora. Nuestro hijo debe saber que todo tiene unas consecuencias y que el compromiso entre ambos está el camino de la mejora. 
  12. Enseñe a sus hijos desde la perspectiva del fracaso. Un éxito constante en todas sus acciones o tareas puede llegar a frustrarle de una forma muy negativa.
  13. Participe en cursos para padres, lea temas de interés, escuche a profesionales, sea ejemplo para sus hijos y encontrará, el camino de la buena  EDUCACIÓN. NO espere a que se lo cuenten sino que más bien sea PRO-ACTIVO.

domingo, 3 de noviembre de 2013

RESPONSABILIDAD VS CASTIGO

Los de mi generación, muchas veces teníamos cierto miedo y mucho respeto, ante una mirada de tu padre o de tu madre. NO hacia falta muchas explicaciones. Un mirada era suficiente para saber las consecuencias de tus actos. Nuestros padres, tampoco tenían grandes recursos educativos como para saber que hacer ante un mal comportamiento, unas malas notas escolares o una bronca entre hermanos. Te castigaban sencillamente o te podías llevar algún cachete que otro. Hoy en día, la situación ha mejorado y aquellos que eran hijos, hoy se han convertido en padres y madres. Nuestros hijos están bajo un incremento en estimulación sensorial, social y lúdica, que son o parecen muchos más listos que nosotros cuando teníamos su edad. Y esta nueva situación social y emocional de nuestros hijos nos ha pillado a muchos a contra-pie. Lo que servia para nosotros ya no sirve para nuestros hijos. El castigo no tiene tanta eficacia que cuando nosotros eramos pequeños. 

¿Y qué es lo que ha cambiado? ¿Qué ha pasado en tan poco tiempo, porque los métodos educativos han cambiado tanto?


Hoy en día, cuando un niño interactúa con el medio inmediato que le rodea, recibe una cantidad mayor de estímulos, que cuando nosotros eramos pequeños. Por todo ello, sus capacidades cognitivas, emocionales, sociales han aumentado notablemente debido al contexto que les rodea. Aprenden antes, adquieren mayor numero de palabras, utilizan medios tecnológicos con naturalidad apenas sin intermediar aprendizaje alguno, desarrollan su mente a una velocidad mayor. Esto nos pone a los padres en una situación de desventaja al interactúar diariamente a nuestros hijos ya que tienen un mayor número de recursos personales que nosotros mismos. Por lo tanto, el medio para llegar a ellos para poder conseguir cosas y que nos hagan caso o que aprendan con nosotros los principales hábitos y valores que les queramos inculcar, es a través del concepto de la RESPONSABILIDAD.   

Desde muy pequeños debemos enseñarles el sentido de este concepto y sustituirlo por el castigo. Nuestros hijos, deben saber que todos sus actos tienen consecuencias positivas y negativas  y ellos son los auténticos protagonistas de todos sus actos. Debemos intentar que comprendan poco a poco y según su edad cronológica que el niño, es quien decide junto con nosotros, las consecuencias que conllevan sus actos. 

"Si Juan no recoge sus juguetes, YO NO LE CASTIGO. Ante su falta de RESPONSABILIDAD, la consecuencia es que JUAN no puede ir al parque." Ha sido JUAN quien adquiere una consecuencia por hacer la acción de una forma u otra. Yo como padre, me encargo de establecer las consecuencias de determinadas acciones advirtiéndoselas a mi hijo, con la suficiente antelación en tiempo y forma. 

" Si JUAN no estudia, JUAN suspende el examen y consecuentemente, esto conlleva unas acciones que JUAN ya conocía que podían pasar". Es él quien tiene que ir interiorizando que sus actos, tienen consecuencias y que NO soy yo el que le castiga continuamente por hacer las cosas bien o mal. 

El concepto de RESPONSABILIDAD frente al CASTIGO, es una estrategia mucho más eficiente y educativa. De esta forma, hacemos que el niño piense más autonomamente, se de cuenta mucho antes de lo que hace, adquiera una mayor compromiso con la familia y con sí mismo y que se implique responsablemente en su contexto social, familiar, escolar. Somos los padres los que tenemos que ponernos las pilas para saber controlarnos y educar a mi hijo responsablemente. De esta forma nuestro hijo irá creyendo mucho más en nosotros, ya que seremos siempre consecuentes ante las mismas cosas o situaciones, debido a que las consecuencias buenas o malas, NO cambian según mi estado de ánimo. Se mantienen constantemente y esta estabilidad hace que el niño, madure con mayor seguridad personal. 

viernes, 1 de noviembre de 2013

El CAMINO DE LA PRE ADOLESCENCIA

Que gran etapa del ser humano. Empieza el camino de la independencia. Hasta la fecha hemos educado a nuestros hijos como más bien hemos podido y hemos creído. Les hemos marcado normas, les hemos influido en sus pensamientos, les hemos establecido hábitos y hemos intentado que sean personas responsables. Esto nos ha llenado de orgullo, pero ha llegado el momento, que nos damos cuenta que nuestro hijo se revela ante nosotros en determinadas situaciones. Empieza a no querer compartir con nosotros esos fines de semana, le gusta la tecnología por encima de muchas cosas, se comunica con sus amigos de una forma que a veces no entendemos y su relación con nosotros empieza a tambalearse. 
SOS...¿ qué esta pasando? ¿ qué hemos hecho mal? Nada hemos hecho mal. La naturaleza hace su camino y nuestro hijo inicia una nueva etapa. Empieza a pensar por si mismo de modo independiente, inicia un mayor conocimiento de su cuerpo, empieza a cuestionar muchas cosas que antes no parecía importarle. Esto junto con más características, forman parte de la etapa pre adolescente. 

La pregunta que muchos padres se hacen es que deben hacer. ¿ Le dejamos a su aire? ¿ Seguimos marcando el camino? ¿ Cómo puedo influir en el para que no se moleste? ¿Cómo puedo llegar a que haga lo que importa a su familia?...

Lo más importante en esta etapa, es saber que debemos cambiar nuestra estrategia educativa. Hasta ahora, hemos conseguido la mayoría de las cosas, normas o hábitos a base de repetir y repetir las cosas, a base de imponerlas, a base de algún castigo que otro pero al final,  lo conseguíamos.  Ahora ya no vale. Ahora se impone la comunicación como medio o estrategia más eficaz en la educación.  La comunicación como medio para conseguir llegar a acuerdos familiares que no desestabilicen a todos los miembros de la familia, especialmente a los padres. Si queremos elevar el nivel de nuestros hijos y que piensen por sí mismos de una forma ajustada a su realidad, tenemos que estar muy bien preparados para poder llegar a ellos, a su interior con naturalidad y veracidad. Una buena linea y estrategia en la comunicación, hará que se lleguen a acuerdos entre ambas partes. La imposición de normas, hábitos, horarios por medio de la autoridad y más cosas, deja de tener sentido. El pre adolescente quiere que se cuente con su opinión, quiere poner en marcha lo que piensa y a veces quiere imponernos sus ideas. Debemos llegar a que piense de una forma realista y no de forma fantasiosa. 

Lo primero de todo  es escucharle. Que pueda expresar sus opiniones y sus ideas. No ridiculizarlo a pesar de lo que diga. Al sentirse escuchado, entenderá que sus padres le dedican un tiempo a prestar atención a lo que piensa, a lo que siente, a lo que le gusta. Una vez le hayamos escuchado, debemos reflexionar los pros y los contras de todo aquello que nos ha querido comunicar. Es muy importante que nuestro hijo participe activamente en la comunicación o en este dialogo sobre lo que nos ha querido exponer. De no ser así, pensara que sus padres le van a imponer otra vez las cosas y esto no le va hacer demasiada gracia. En la medida que su participación sea más activa y que realmente pueda expresar lo que siente, mayor oportunidad tendremos en llegar a un acuerdo común. 

Una de las estrategias más importantes a tener en cuenta es que tenemos que conseguir que nuestros hijos participen más activamente en el diálogo y que nosotros, solo tengamos que dirigir de forma indirecta, el sentido de la comunicación.  No olvidemos que seguimos siendo la autoridad en casa. Y como bien pasa en la justicia, el juez dictamina al final del juicio, una vez haya escuchado a las partes y haya estudiado todas las pruebas del caso. Nosotros padres, tenemos la obligación de saber imponer la justicia y los principios de la autoridad en casa, según nuestros valores. Y como los jueces, debemos dar nuestro veredicto al final de todo, una vez hemos escuchado a nuestro hijo y hayamos valorado con él los pros y los contras. Esto es lo que va a dar sentido a nuestro rol de padres y a seguir educando a nuestros hijos. 

No siempre llegaremos a acuerdos ya que muchas veces, el sentido de la realidad o sentido común de nuestro hijo, no estará a la altura de la circunstancias. Entonces y después de haber intentado llegar a una acuerdo justo para él y la familia, impondremos nuestro criterio, intentando que nuestro hijo, se ponga en nuestro lugar. Lo que sí debe quedarle claro a nuestro hijo, es que hemos intentado ser lo más empáticos posibles y después de haber valorado todo en su conjunto, hemos llegado a una respuesta que le gustará más o menos pero que es nuestra respuesta final. Siempre habrá cambios para reconducir, mejorar o cambiar nuestra respuesta final, siempre y cuando veamos una actitud responsable de nuestro hijo. Es decir, que en la medida que veamos un crecimiento personal de nuestro hijo podremos variar o reconducir nuestra respuesta dada con aterioridad. Nuestro hijo debe entender que hemos hecho lo imposible para poder llegar a un acuerdo con él, pero que una de las reglas del juego, es que ambas parten den en base a la confianza establecida entre las partes. Si yo como padre, confió en mi hijo, llegaré a mayores acuerdos que sí no confió en él. Esta relación basada en acuerdos de diálogo y confíanza será la base de mi relación personal con mi hijo. El tiene que entender esto:  si tú me das, yo te doy, es decir YO+TÚ+. Si tú me das confianza, yo te doy independencia. 

Por último, saber que los gritos, la imposición a la fuerza, los castigos y las broncas han dejado de ser útiles en esta etapa de la vida. Estamos creciendo junto con el y aunque nosotros ya sismo mayor tíos para entender muchas cosas, nuestro hijo se esta haciendo adulto en un momento crítico y no estable. 

Seguiremos con este tema tan interesante en Código67. Como siempre os pido, divulguéis nuestro Blogger al mayor número de amigos posibles, para que puedan tener otro punto de vista en las relaciones con sus hijos.
Un saludo a nuestros seguidores.