domingo, 28 de septiembre de 2014

LIDERAZGO EDUCATIVO

Para mejorar el actual sistema educativo en el que están nuestros hijos, no solo hacen falta recursos económicos que siempre serán necesarios, necesitamos que el actual sistema educativo genere un nuevo enfoque al actual modelo que tenemos en nuestros colegios. La importancia de este cambio pasa por los actuales directivos de los centros escolares. El equipo directivo de un centro escolar es el principal responsable de una mejora y mayor rendimiento en los aprendizajes de los alumnos. Por ello, me pregunto si los actuales responsables de dirigir los centros educativos de nuestro país, reúnen las competencias y habilidades necesarias para promover los cambios en los colegios a los que acuden nuestros hijos. El LIDERAZGO pedagógico del director de un centro escolar es uno de los principales factores en la mejora de la educación y de los aprendizajes de los alumnos.

En los tiempos que vivimos, tenemos miles de retos a los que nos tenemos que enfrentar cada día. El reto en la educación es que los centros educativos aseguren a los alumnos, el éxito educativo garantizando las bases del aprendizaje adaptadas a las necesidades de cada alumno. La Dirección de un centro NO es una mera gestión administrativa. Un buen equipo directivo debe trabajar el liderazgo educativo como medio para consolidar los logros del aprendizaje, mejorando la enseñanza. La creación de un buen clima educativo por parte del líder del centro, va a ser una de las claves para que los profesores sean mejores en su desempeño profesional diario con sus alumnos.

Los mejores colegios serán los que trabajen la capacidad del cambio y los que tengan las ganas y capacidades para aprender a desarrollarse y hacer frente a todos los cambios educativos que estamos viviendo en el siglo XXI . Vivimos tiempos difíciles y estamos educando a niños y niñas que en los próximos años serán ciudadanos en un mundo cada vez más global. Necesitamos que nuestros hijos, que nuestros alumnos incrementen la comprensión del papel que van a desempeñar en el futuro y que descubran sus potencialidades.

Actualmente tenemos que pensar en rediseñar o reinventar los colegios, para que sean organizaciones generadoras de aprendizaje, generadores de proyectos, que cultiven el pensamiento divergente y la creatividad de los alumnos. Debemos mejorar la motivación no solo de los alumnos que asisten a los colegios diariamente sino también en los profesores.

Queda claro que un líder educativo va tener que asumir ciertas responsabilidades más allá de los limites administrativos. Tendrá entre muchas otras cosas que seleccionar a sus profesores y la formación de estos, para poder ejercer con eficacia los principios actuales del aprendizaje y del liderazgo.
El liderazgo es la capacidad para influir en los demás de manera que estos adopten los objetivos propuestos para su puesta en marcha de forma natural. Hablamos de una autoridad no de poder sino de una autoridad formal. Tener buenos líderes en nuestros colegios va a ser un factor de primer orden en la mejora de la educación y consecuentemente en la mejora de los resultados escolares y sobre todo en los entornos familiares. 

Tenemos por tanto, muchas cosas que debemos seguir trabajando mejorándolas continuamente. Estas mejoras deben ir encaminadas a redefinir las responsabilidades de los directores de los centros escolares , saber distribuir el liderazgo educativo entre la comunidad participante de la educación, de saber adquirir las competencias y habilidades necesarias para saber ejercer el liderazgo educativo y tener buenos profesionales y líderes en nuestros colegios. 

Si somos capaces de iniciar este cambio en la educación, seremos capaces de contribuir a una gran responsabilidad social que tenemos cada uno de nosotros, que no es más que contribuir al desarrollo del actual sistema educativo que esta anclado en el siglo XIX. Debemos entre todos, promover los cambios y de generar ilusión por aprender, por crecer, por ir más allá y por esforzarse a que nuestros alumnos que cada día acuden a los colegios lo hagan con ilusión y fuertes cargas de motivación. 







martes, 2 de septiembre de 2014

LA VUELTA A LA NORMALIDAD

Ya estamos de vuelta del verano. Comenzamos la vida ordenada, estructurada que nos marcan los horarios laborales y el de los colegios de nuestros hijos. Toca madrugar, tener preparadas las cosas, las prisas por llegar a tiempo y un sin fin de cosas.
Nuestros hijos han pasado un verano donde lo normal es que las normas y los horarios así como determinadas obligaciones se hayan pasado por alto. Siempre digo que el verano los niños y niñas se “asilvestran”.  No está mal del todo que de vez en cuando rompamos con las normas y la monotonía de hacer siempre las mismas cosas.  No olvidemos que los niños son creativos y estar haciendo siempre las mimas cosas y rutinas hacen que se comporten mal o se desajusten conductualmente.
Lo que toca ahora es volver a la norma. Dependiendo de las edades tenemos varias oportunidades que no debemos desaprovechar. A los más peques, los hábitos de sueño, higiene y juegos, les vendrá muy bien para adaptarse a nuevos horarios.  Hay que ser constante en estos hábitos y de forma natural, la adaptación será buena. Muchos de ellos, iniciaran su camino en una escuela infantil o en un colegio nuevo. Esto va a suponer unos  cambios a los que tenemos que estar bien atentos. Volver o iniciar el colegio hace que el niño mejore su autonomía personal a todos los niveles, especialmente porque se separa físicamente de su mundo familiar mas cercano, donde los padres y madres vigilan atentamente a sus hijo y cubren todas las necesidades. Pero es en el colegio donde nuestro hijo va a tener que relacionarse con compañeros iguales a él o ella, en entornos diferentes donde va a tener que poner todo de su parte para superar esta etapa.  Esto significa que tiene que ver las cosas de diferentes puntos de vista al suyo propio, de naturaleza egoísta. Deberemos estar atentos a posibles situaciones que dificulten temporalmente este periodo de adaptación. Estas situaciones son problemas en conciliar el sueño nocturnos, que dejen de comer, que estén muy sensibles llorando por cualquier causa o que nos demos cuenta de algún cambio significativo en su forma de ser.
Aquí los padres y profesores tienen mucho que hacer para que todo vaya con naturalidad. Hay que observar, mirar y darnos cuenta de cualquier cambio que directa o indirectamente influya en nuestros hijos con el fin de superar cuanto antes cualquier grado de ansiedad que esta situación genere al entorno familiar. Los padres debemos demostrar seguridad y confianza en las decisiones que tomemos y comunicar al niño lo positivo de todo ello aunque percibamos que por su edad o situación no nos haga ni caso. NO debemos demostrar desconfianza en los centros educativos y mucho menos en nuestras actuaciones.
Con respecto a los más mayores, la vuelta al colegio y la llegada de las normas o rutinas,  es algo fácil de asumir. Lo bueno de todo, es que podemos implantar desde el principio los hábitos que deben asumir nuestros hijos desde YA. La mochila, la ropa, el cuarto de baño, la habitación, los tiempos de la consola para jugar a los videojuegos, el tiempo de ver la tele, poner la mesa, lavarse los dientes, hacer los deberes…. La regla numero 1, es no repetir las cosas igual que el curso pasado, donde cada dia, repetía a mi hijo lo que tenía que hacer. A pocas personas les repiten en su trabajo todo lo que tienen que hacer cada dia. Dejemos claro y por escrito las cosas que haya que hacer a diario, cuando, como y donde. Que inicie el camino de la responsabilidad, la toma de decisiones y saber las consecuencias que uno tiene cuando no cumple sus cometidos. Démosles uno voto de confianza y apliquemos el valor de la educación donde se merece estar y NO chillando ni  castigando día tras día a nuestros hijos. Muchos de vosotros pensareis que esto es difícil. Aquellos que lo piensen, la posibilidad de éxito en esta bonita tarea se reduce en más de un 50%. Tenemos que confiar en nosotros mismos un poco más, en confiar en nuestros hijos más todavía, y sobre todo en aumentar nuestras dosis de paciencia y nerviosismo.

Debemos iniciar el curso con fuerza positiva, con ganas de mejorar año tras año, y no continuar con los gritos o las desesperaciones. No hay que olvidar que nuestros hijos e hijas son mucho  más inteligentes que nosotros y no debemos menospreciarles ni lo más mínimo. Los padres que confían en sus hijos, que se mantienen en las normas, que son constantes y que buscan el éxito de sus hijos y no el fracaso, son padres y madres que generan confianza en sus hijos y les muestran el rol propio de lo que se espera de ellos a medida que van madurando.

Bueno, aquí os dejo un texto para reflexionar, para comentar o para divulgar. Y si necesitas ayuda, no dudes en que un buen profesional te ayude en la bonita y apasionante aventura de  educar.