domingo, 3 de noviembre de 2013

RESPONSABILIDAD VS CASTIGO

Los de mi generación, muchas veces teníamos cierto miedo y mucho respeto, ante una mirada de tu padre o de tu madre. NO hacia falta muchas explicaciones. Un mirada era suficiente para saber las consecuencias de tus actos. Nuestros padres, tampoco tenían grandes recursos educativos como para saber que hacer ante un mal comportamiento, unas malas notas escolares o una bronca entre hermanos. Te castigaban sencillamente o te podías llevar algún cachete que otro. Hoy en día, la situación ha mejorado y aquellos que eran hijos, hoy se han convertido en padres y madres. Nuestros hijos están bajo un incremento en estimulación sensorial, social y lúdica, que son o parecen muchos más listos que nosotros cuando teníamos su edad. Y esta nueva situación social y emocional de nuestros hijos nos ha pillado a muchos a contra-pie. Lo que servia para nosotros ya no sirve para nuestros hijos. El castigo no tiene tanta eficacia que cuando nosotros eramos pequeños. 

¿Y qué es lo que ha cambiado? ¿Qué ha pasado en tan poco tiempo, porque los métodos educativos han cambiado tanto?


Hoy en día, cuando un niño interactúa con el medio inmediato que le rodea, recibe una cantidad mayor de estímulos, que cuando nosotros eramos pequeños. Por todo ello, sus capacidades cognitivas, emocionales, sociales han aumentado notablemente debido al contexto que les rodea. Aprenden antes, adquieren mayor numero de palabras, utilizan medios tecnológicos con naturalidad apenas sin intermediar aprendizaje alguno, desarrollan su mente a una velocidad mayor. Esto nos pone a los padres en una situación de desventaja al interactúar diariamente a nuestros hijos ya que tienen un mayor número de recursos personales que nosotros mismos. Por lo tanto, el medio para llegar a ellos para poder conseguir cosas y que nos hagan caso o que aprendan con nosotros los principales hábitos y valores que les queramos inculcar, es a través del concepto de la RESPONSABILIDAD.   

Desde muy pequeños debemos enseñarles el sentido de este concepto y sustituirlo por el castigo. Nuestros hijos, deben saber que todos sus actos tienen consecuencias positivas y negativas  y ellos son los auténticos protagonistas de todos sus actos. Debemos intentar que comprendan poco a poco y según su edad cronológica que el niño, es quien decide junto con nosotros, las consecuencias que conllevan sus actos. 

"Si Juan no recoge sus juguetes, YO NO LE CASTIGO. Ante su falta de RESPONSABILIDAD, la consecuencia es que JUAN no puede ir al parque." Ha sido JUAN quien adquiere una consecuencia por hacer la acción de una forma u otra. Yo como padre, me encargo de establecer las consecuencias de determinadas acciones advirtiéndoselas a mi hijo, con la suficiente antelación en tiempo y forma. 

" Si JUAN no estudia, JUAN suspende el examen y consecuentemente, esto conlleva unas acciones que JUAN ya conocía que podían pasar". Es él quien tiene que ir interiorizando que sus actos, tienen consecuencias y que NO soy yo el que le castiga continuamente por hacer las cosas bien o mal. 

El concepto de RESPONSABILIDAD frente al CASTIGO, es una estrategia mucho más eficiente y educativa. De esta forma, hacemos que el niño piense más autonomamente, se de cuenta mucho antes de lo que hace, adquiera una mayor compromiso con la familia y con sí mismo y que se implique responsablemente en su contexto social, familiar, escolar. Somos los padres los que tenemos que ponernos las pilas para saber controlarnos y educar a mi hijo responsablemente. De esta forma nuestro hijo irá creyendo mucho más en nosotros, ya que seremos siempre consecuentes ante las mismas cosas o situaciones, debido a que las consecuencias buenas o malas, NO cambian según mi estado de ánimo. Se mantienen constantemente y esta estabilidad hace que el niño, madure con mayor seguridad personal. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario