viernes, 1 de noviembre de 2013

El CAMINO DE LA PRE ADOLESCENCIA

Que gran etapa del ser humano. Empieza el camino de la independencia. Hasta la fecha hemos educado a nuestros hijos como más bien hemos podido y hemos creído. Les hemos marcado normas, les hemos influido en sus pensamientos, les hemos establecido hábitos y hemos intentado que sean personas responsables. Esto nos ha llenado de orgullo, pero ha llegado el momento, que nos damos cuenta que nuestro hijo se revela ante nosotros en determinadas situaciones. Empieza a no querer compartir con nosotros esos fines de semana, le gusta la tecnología por encima de muchas cosas, se comunica con sus amigos de una forma que a veces no entendemos y su relación con nosotros empieza a tambalearse. 
SOS...¿ qué esta pasando? ¿ qué hemos hecho mal? Nada hemos hecho mal. La naturaleza hace su camino y nuestro hijo inicia una nueva etapa. Empieza a pensar por si mismo de modo independiente, inicia un mayor conocimiento de su cuerpo, empieza a cuestionar muchas cosas que antes no parecía importarle. Esto junto con más características, forman parte de la etapa pre adolescente. 

La pregunta que muchos padres se hacen es que deben hacer. ¿ Le dejamos a su aire? ¿ Seguimos marcando el camino? ¿ Cómo puedo influir en el para que no se moleste? ¿Cómo puedo llegar a que haga lo que importa a su familia?...

Lo más importante en esta etapa, es saber que debemos cambiar nuestra estrategia educativa. Hasta ahora, hemos conseguido la mayoría de las cosas, normas o hábitos a base de repetir y repetir las cosas, a base de imponerlas, a base de algún castigo que otro pero al final,  lo conseguíamos.  Ahora ya no vale. Ahora se impone la comunicación como medio o estrategia más eficaz en la educación.  La comunicación como medio para conseguir llegar a acuerdos familiares que no desestabilicen a todos los miembros de la familia, especialmente a los padres. Si queremos elevar el nivel de nuestros hijos y que piensen por sí mismos de una forma ajustada a su realidad, tenemos que estar muy bien preparados para poder llegar a ellos, a su interior con naturalidad y veracidad. Una buena linea y estrategia en la comunicación, hará que se lleguen a acuerdos entre ambas partes. La imposición de normas, hábitos, horarios por medio de la autoridad y más cosas, deja de tener sentido. El pre adolescente quiere que se cuente con su opinión, quiere poner en marcha lo que piensa y a veces quiere imponernos sus ideas. Debemos llegar a que piense de una forma realista y no de forma fantasiosa. 

Lo primero de todo  es escucharle. Que pueda expresar sus opiniones y sus ideas. No ridiculizarlo a pesar de lo que diga. Al sentirse escuchado, entenderá que sus padres le dedican un tiempo a prestar atención a lo que piensa, a lo que siente, a lo que le gusta. Una vez le hayamos escuchado, debemos reflexionar los pros y los contras de todo aquello que nos ha querido comunicar. Es muy importante que nuestro hijo participe activamente en la comunicación o en este dialogo sobre lo que nos ha querido exponer. De no ser así, pensara que sus padres le van a imponer otra vez las cosas y esto no le va hacer demasiada gracia. En la medida que su participación sea más activa y que realmente pueda expresar lo que siente, mayor oportunidad tendremos en llegar a un acuerdo común. 

Una de las estrategias más importantes a tener en cuenta es que tenemos que conseguir que nuestros hijos participen más activamente en el diálogo y que nosotros, solo tengamos que dirigir de forma indirecta, el sentido de la comunicación.  No olvidemos que seguimos siendo la autoridad en casa. Y como bien pasa en la justicia, el juez dictamina al final del juicio, una vez haya escuchado a las partes y haya estudiado todas las pruebas del caso. Nosotros padres, tenemos la obligación de saber imponer la justicia y los principios de la autoridad en casa, según nuestros valores. Y como los jueces, debemos dar nuestro veredicto al final de todo, una vez hemos escuchado a nuestro hijo y hayamos valorado con él los pros y los contras. Esto es lo que va a dar sentido a nuestro rol de padres y a seguir educando a nuestros hijos. 

No siempre llegaremos a acuerdos ya que muchas veces, el sentido de la realidad o sentido común de nuestro hijo, no estará a la altura de la circunstancias. Entonces y después de haber intentado llegar a una acuerdo justo para él y la familia, impondremos nuestro criterio, intentando que nuestro hijo, se ponga en nuestro lugar. Lo que sí debe quedarle claro a nuestro hijo, es que hemos intentado ser lo más empáticos posibles y después de haber valorado todo en su conjunto, hemos llegado a una respuesta que le gustará más o menos pero que es nuestra respuesta final. Siempre habrá cambios para reconducir, mejorar o cambiar nuestra respuesta final, siempre y cuando veamos una actitud responsable de nuestro hijo. Es decir, que en la medida que veamos un crecimiento personal de nuestro hijo podremos variar o reconducir nuestra respuesta dada con aterioridad. Nuestro hijo debe entender que hemos hecho lo imposible para poder llegar a un acuerdo con él, pero que una de las reglas del juego, es que ambas parten den en base a la confianza establecida entre las partes. Si yo como padre, confió en mi hijo, llegaré a mayores acuerdos que sí no confió en él. Esta relación basada en acuerdos de diálogo y confíanza será la base de mi relación personal con mi hijo. El tiene que entender esto:  si tú me das, yo te doy, es decir YO+TÚ+. Si tú me das confianza, yo te doy independencia. 

Por último, saber que los gritos, la imposición a la fuerza, los castigos y las broncas han dejado de ser útiles en esta etapa de la vida. Estamos creciendo junto con el y aunque nosotros ya sismo mayor tíos para entender muchas cosas, nuestro hijo se esta haciendo adulto en un momento crítico y no estable. 

Seguiremos con este tema tan interesante en Código67. Como siempre os pido, divulguéis nuestro Blogger al mayor número de amigos posibles, para que puedan tener otro punto de vista en las relaciones con sus hijos.
Un saludo a nuestros seguidores. 

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